domingo, 23 de diciembre de 2007

Estresemos al hobbit
A veces escribes pensando ¿en realidad alguien leerá esto? Lo mismo me pregunto cuando hago un nuevo video o escribo un fic. Pero la sabiduría popular dice: siempre hay un roto para un descosido. Así que, actuando en concordancia y dándole gusto a la jefa Salta ahí va, otro artículo de las cavilaciones de este vigilante. ¿Que qué vigilo?... simple, la naturaleza humana.

Mary Sue y Gary Stu

Se conocen ¡oh sí! Viven cercanos uno del otro desde tiempos inmemoriales, errr... bueno, desde que existe algo llamado fanfiction.

Pertenecen a la misma dimensión onírica y son más poderosos que un súper saiyajin nivel 5; su belleza es superior a la de Satori Kido (si son chicas) o la de Tuxedo Mask (si son chicos); sus reflejos de batalla son superiores a los de Gabriel Yulaw (The One) y ninguna semilla del ermitaño puede más que la resurrección del Fénix, de la cual son amos y poseedores. Merlín y Apolonio de Triana se quedan cortos resultando dos fantoches en cuanto al uso de la magia y la transmutación de la materia, respectivamente. Sus invocaciones superan el nivel 99 de Shiva, Cerberus o Edén (Final Fantasy), igualando al invencible Omega. Ahhh pero ahí no termina todo, terminan conquistando el corazón del héroe de la serie y sobre todo... guardan un sospechoso parecido con sus creadores, tienen la misma nacionalidad, o el mismo sexo o la misma edad. Como factor común, suele suceder que son personajes originales succionados al mundo de Sailor o cualquier otro, ya sea por accidente, una invocación equivocada o simplemente cayeron ahí.

¡¿Quiénes son semejantes seres?! ¿De qué planeta vinieron? ¿Cómo se proclaman humanos si son capaces de revivir?

Sencillo, se llaman Mary Sue y Gary Stu. Y provienen de las alocadas concepciones lúdicas de cerebros hiperactivos de una especie conocida como Homo fanfictionista ¡Que no estoy inventando! Basta con ver unos cuantos ejemplos de ff dot net.

Es difícil no caer en su embrujo, en la posibilidad de un súper héroe invencible cuyas habilidades se dan por mutaciones genéticas extrañas, mezcla de genes extraterrestres con humanos, o dones otorgados por fantásticas hadas madrinas.

Dentro de la fanfiction, este género: Mary Sue (susanitas) y Gary Stu (sin traducción al castellano) se ha visto vapuleado incansablemente por fic-writers y lectores "puristas" debido a que alteran considerablemente los canon y fanom de determinadas series, en particular del animé. Una desviación común de este tipo de fics, lo constituyen el canon-sue y fanom-sue, en los cuales un personaje bien establecido llega a la perfección y conquista el corazón del personaje que en la serie real, no ha conseguido.

Este hobbit también los detesta, me resulta bastante cansado leer página tras página de invencibilidad, hermosura y perfección, tal vez porque me es demasiado conocida la naturaleza imperfecta de nuestras presencias en esta realidad.

Sin embargo, el uso del Mary Sue o Gary Stu, es tolerado cuando se utiliza como recurso humorístico, al igual que el self-insert. Entendamos el concepto: Un recurso humorístico es precisamente eso: un recurso, es decir, algo a lo que acudimos para darle más ritmo a un escrito, al igual que las figuras retóricas, florituras lingüísticas, metáforas y parientes cercanos. El abuso de tal recurso, llega a cansar a los posibles lectores que se aventuren a leernos.

¿Qué hacer para evitar caer en esta trampa de irrealidad? Simple, seguir el consejo de nada con exceso. Todos quisiéramos finales felices, o al menos la mayoría, todos quisiéramos que a nuestro personaje favorito no le ocurrieran tantas desgracias, revivir a Hughes-San o que Ed pudiera retransmutar a Nina de quimera a niña y perro, que Sakura y Syahoran se dieran por fin un beso. Podemos hacerlo realidad, podemos reescribir historias de las que no nos gustó su desenlace, pero manteniendo el límite de la credibilidad.

No obstante, la inventiva carece de ataduras, así que, si realmente disfrutas escribiendo Mary Sue o Gary Stu, continúa haciéndolo, recuerda que son ejercicios de creatividad que, finalmente, a quien tienen que gustarle es a ti.